El “Mal de Altura”

¿Qué es el mal de altura?

El mal de altura (también conocido como el mal de montaña agudo) es el nombre dado a las reacciones fisiológicas del cuerpo humano (respuesta), que se producen como consecuencia de la exposición a la baja presión de oxígeno que existe a gran altitud.

A medida que ascendemos, se produce una disminución progresiva de la presión atmosférica y también de la presión parcial de oxígeno en el aire que inspiramos.

La disminución brusca de oxígeno produce importantes alteraciones que, de mantenerse durante un tiempo excesivo, pueden llevar incluso a la muerte.

Por este motivo, los montañistas, durante el ascenso a las cumbres, deben someterse a un periodo de aclimatación con el fin de que su organismo se vaya adaptando a estas bajas presiones de oxígeno.

Los primeros síntomas del mal de montaña pueden empezar a sentirse a partir de los 2.500-3.000 metros por encima del nivel del mar. En personas sensibles, pueden aparecer incluso a menores alturas.

La incidencia del mal de altura varía mucho de un individuo a otro. Hay personas que soportan mejor que otras las ascensiones rápidas. Otros factores que influyen son la velocidad de ascenso (cuanto más rápida, mayores son las probabilidades de aparición), la duración de la estancia a una altura determinada y el ejercicio continuado a gran altura

El mal de altura no depende de la forma física de la persona y puede afectar incluso a los atletas más experimentados.

Efectos de la altura

  • Hiperventilación, el patrón de respiración puede cambiar
  • Falta de aliento
  • Patrón de respiración modificado en la noche
  • Mayor actividad urinaria. 

Síntomas

Leves:

Las señales de peligro se desarrollan generalmente en las primeras 36 horas. Afectan a más del 50% de los viajeros por encima de los 3.500 metros y casi al 100% de las personas que suben rápidamente a 5.000 metros sin aclimatarse.

  • Dolor de cabeza leve que desaparece con analgésicos (paracetamol, aspirina, etc.)
  • Náuseas y malestar general
  • Mareos ligeros
  • Dificultades para dormir

Graves:

  • Dolor de cabeza intenso y grave, que no desaparece con analgésicos corrientes
  • Vómitos o náuseas marcadas
  • Mareos, descoordinación, alteraciones visuales
  • Presión en el pecho, respiración y pulso rápido, sensación de dificultad respiratoria
  • Hinchazón o edema, generalmente alrededor de los ojos y, en algunos casos, en tobillos y manos
  • Disminución de la cantidad de orina
  • Confusión, desorientación
  • Cambios psicológicos (indiferencia, pérdida del sentido del peligro, etc.)
  • Convulsiones

Formas graves del mal de altura

Edema pulmonar de gran altura (HAPE):

Acumulación de líquidos adentro del pulmón y empieza a impedir la transmisión de gases en los pulmones y afecta la llegada de oxígeno al cerebro. 

Los síntomas de HAPE son graves, e incluyen:

  • Dificultad respiratoria importante, la persona empieza a tener incapacidad de mantener el paso, le cuesta trabajo caminar al ritmo del grupo
  • Corto de respiración en reposo: le cuesta respirar y siempre está cansado, aún sentado
  • Tos seca
  • Expectoración sanguinolenta
  • Presión o dolor en el pecho
  • Palpitaciones y fatiga
  • Se puede oír un ruido de burbujeo durante la respiración (edema pulmonar).
  • Los labios, bordes externos de las orejas y uñas pueden parecer azuladas (cianóticas), debido a la falta de oxígeno.

Edema cerebral de gran altura (HACE):

Es la forma de presentación más grave y rápida del mal de altura. Pasa lo mismo que el edema pulmonar pero pasa en los tejidos del cerebro. Se empieza a llenar el cerebro de líquido y se inflama

Los síntomas de HACE son fundamentalmente:

  • Ataxia: es un signo clínico que se caracteriza por provocar la descoordinación en el movimiento de las partes del cuerpo (ejercicio para probar si existe este síntoma: decirle que se ponga de pie, con los brazos y las piernas cerradas, se le dice que cierre los ojos. Si sufre de ataxia perderá el balance)
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Dolores de cabeza
  • Alteraciones visuales
  • Irritabilidad
  • Distracción
  • Confusión
  • Posible pérdida de conciencia
  • Convulsiones
  • Coma

Diagnóstico

ESCALA DE LAKE LOUISE
       
Síntoma Manifestación Puntuación
Cefalea Ausente 0  
Leve 1  
Moderado 2  
Severo 3  
Síntomas Gastrointestinales Apetito habitual 0  
Poco apetito o nauseas 1  
Nauseas moderadas o vómito 2  
Nauseas o vómito incapacitante 3  
Fatiga y/o debilidad Ausente 0  
Leve 1  
Moderada 2  
Severa o incapacitante 3  
Vértigos y/o Mareos Ausentes 0  
Leve 1  
Moderado 2  
Severo o incapacitante 3  
Alteración del sueño Duerme como habitualmente 0  
No duerme como habitualmente 1  
Se despierta muchas veces, sueño nocturno escaso 2  
No puede dormir 3  
Total      
       
Puntuación Definición Acción
1 a 3 puntos Ligero Analgésico
4 a 6 puntos Moderado Analgésico + Reposo +
Cancelar ascensión
> 6 puntos Severo Descenso

Prevención y recomendaciones:

  • Consumir abundante líquido, ojalá se forzaran a tomar unos tres litros diarios!
  • No consumir absolutamente ningún tipo de licor ni sustancias alucinógenas o psicoactivas.
  • Los primeros días tomar la actividad con calma, no correr, no hacer demasiado ejercicio, caminar muy despacio y durante los recorridos tomar tiempo para cortos descansos sobre la marcha
  • Dormir bien, acostarse temprano
  • Comer periódicamente alimentos ricos en carbohidratos (bocadillos, panela, frutas deshidratadas, galletas dulces, chocolate, etc.) 
  • Realizar un ascenso gradual. Lo primero y más importante es subir relativamente despacio, realizando periodos adecuados de aclimatación de 2 a 3 días a una altura determinada (empezando desde los 2.000 m) antes de pasar la noche a una altura mayor. Es decir, escalar durante el día, durmiendo dos noches consecutivas en el campamento inferior.

Son aconsejables los siguientes ritmos de ascenso: hasta los 5.000 metros ascender un promedio de 340- 400 metros como máximo, a partir de los 5.000 m y hasta los 6.000 m, ascender 250 metros por día; y por encima de los 6.000 m, ascender un máximo de 150-200 m por día.

  • En caso de aparecer problemas, es fundamental descender a una cota inferior a la que estaba aclimatado y descansar durante 24 ó 48 horas antes de reanudar el ascenso. Si los síntomas son graves, iniciar el descenso inmediatamente, siempre acompañado.
  • Evitar medicinas para dormir

Específicamente para las expediciones al Cocuy, si usted vive en una ciudad a menor altitud que Bogotá (por ejemplo, Cali o Medellín) debe pasar por lo menos una noche en Bogotá 2.600m o en el pueblo del Cocuy 2.750m antes de subir a las cabañas de la montañas, las cuales están entre los 3.800m y 3.900m y monitorear muy bien cualquier síntoma ya que en un día se estaría ascendiendo más de 1.000 metros, la ventaja es que en las expediciones al Cocuy todas las noches no se pasan a más de 3.900m

Para el caso del Nevado del Tolima por la ruta de Cocora, si usted vive en una ciudad a menor altitud que Bogotá, debe pasar por lo menos una noche en Salento (1.900m) antes de iniciar el ascenso a la Primavera a 3.700m y monitorear muy bien cualquier síntoma ya que en un día se estaría ascendiendo 1.800 metros. Es muy importante evaluar su estado el segundo día en la mañana ya que la siguiente noche se pasa en el campamento base a 4.350m, es decir, si no se amanece en perfectas condiciones no se debe continuar el ascenso al campamento base.

Para el caso de las expediciones al campamento base del monte Everest, los sitios donde se pasan la noche durante el trek, están cuidadosamente seleccionados para evitar al máximo los síntomas. Una de las ventajas es que el recorrido se inicia a 2.800m y la primera noche a 2.600. Inclusive hemos programado dos noches adicionales de descanso o aclimatación, una en Namche Bazar a 3.440m el tercer día de caminata y otra en Dingboche a 4.410m el sexto día.

Tratamiento:

Si los síntomas son leves, el reposo sobre el mismo terreno durante 24 – 48 horas, junto con una buena hidratación y con una dieta hiperglucídica, suelen ser suficientes. Debe prohibirse el ascenso a personas que padecen síntomas de mal de altura -aunque sean leves- ya que pueden evolucionar hacia formas más graves.

Si los síntomas son más graves o empeoran, debe iniciarse inmediatamente el descenso del afectado a la menor altura posible, y siempre acompañado. A veces, un descenso de 400 metros suele ser suficiente para notar una mejoría.

¿Quién no se debe exponer nunca a gran altura?

  • Las personas con enfermedades cardiacas/pulmonares crónicas (Ej.: angina de pecho, bronquitis crónica, enfisema, y algunas personas con asma grave).
  • Las personas con anemia, incluida la anemia drepanocítica (bajo contenido de hemoglobina en sangre).
  • Las personas con trastornos de coagulación sanguínea sin tratamiento y con un historial de trombosis (coágulos).
  • Las personas que han tenido HAPE o HACE con anterioridad.

¿Quién debe tener cuidado a grandes alturas?

  • Las personas con enfermedades cardíacas/pulmonares tratadas con éxito.
  • Mujeres embarazadas
  • Niños
  • Personas con presión sanguínea elevada
  • Personas con tendencia a la apnea durante el sueño.